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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Y Telefónica ¿Cuándo se va?

http://www.avaaz.org/es/petition/NO_A_LA_RENEGOCIACION_DEL_CONTRATO_CON_TELEFONICA/?cUAlwdb


Es verdad que, personalmente, el solo mencionar la palabra  "Telefónica" me produce en el cerebro tal sensación comparable solo a profunda nausea. Desde el principio de la historia de nuestro país  pareciera inherente al carácter nacional el gusto patológico por amar los escupitajos en el rostro, las patadas en los cuartos traseros, el manoseo vulgar de nuestras intimidades.Sin embargo el tema telefónico salvo algunas opiniones, tiene concierto en una multitudinaria opción: que se largue Telefónica del país. Desde luego hay quienes no están de acuerdo y estos son los mejores representantes de las taras nacionales descritas arriba, cuando no son parte del gobierno putrefacto o de la clase interesada empresarial.
Telefónica se hizo del actual contrato en épocas del dictador hoy preso con beneficios Alberto Kenya Fujimori en momentos de la farra económica liberal que concedió a precio de regalo de pascuas las empresas estatales del país entre ellas la antigua Entel Perú. En el año 1994 se firmó un contrato-ley con la transnacional española por espacio de 20 años, con opción a renovación. A pesar que la propia Constitución de 1993 creada por el gobierno delincuencial de Fujimori prohibía la conformación de monopolios, la propia firma de este contrato facilitó la creación del monopolio telefónico, para hablar solamente del tema de las telecomunicaciones.Aburrido sería entrar en detalles del por qué de la animadversión popular hacia la empresa española, pues baste como ejemplo señalar sus tarifas de estafa solo aplicadas en nuestro país pues ni en la propia España se imponen, o la deuda millonaria por concepto de impuestos no pagados que debe Telefónica al Estado, etc. Lo cierto es que ad portas del vencimiento del contrato la empresa presiona (mediante palabra o cohecho, no lo sabemos pero lo sospechamos) al gobierno de turno para continuar con la concesión y se vale de argucias legales, de abogados sin escrúpulos pero bien remunerados, para lograrlo. Y vaya que si lo puede conseguir.
El mamotreto aquel que tiene como nombre Osiptel ha recomendado la renegosiación del contrato y dice, y no bromeo, que "Se debe acortar el periodo de la prórroga del contrato de 20 años a solo 18......". En este pedazo de tierra habitado que lleva por nombre Perú, se debe estar acostumbrado a todo género de improperios, desvergüenzas y demás calamidades. Que el dueño o el representante de la empresa ibérica dijera  algo así, sería comprensible; que el presidente de la asociación de empresas privadas del país lo diga, sería entendible también pues nada cabe esperar de ellos; pero que el que diga tal despropósito sea el organismo encargado de fiscalizar a la empresa privada en nombre del Estado, es indignante. Y por mucho que estemos acostumbrados a la desvergüenza de nuestros gobernantes no deja de indignarnos, de fastidiarnos el domingo, de jodernos el alma, de malograrnos la siesta, de avinagrarnos el vino.Pero no debemos caer en la indiferencia o la resignación ante temas como este, por mucho que nos moleste.
El gobierno aun no ha tomado una decisión ante la recomendación de Osiptel pero las dos únicas opciones son claras: se concede la prórroga a Telefónica o se  convoca a una licitación internacional. Esta segunda opción que es la que debiera darse debe sin embargo señalarse por su transparencia y sus condiciones no deben ser onerosas a los intereses nacionales pues de lo contrario se repetirían los vicios vistos en el contrato firmado en 1994. No sabemos que resolución tome el inquilino de Palacio, pero si sabemos  de sus escasas dotes de estadista y sus nulo patriotismo así que cabe esperar el peor escenario aunque quizás las voces patriotas se impongan y la empresa europea se retire del país para dar paso a otra compañía que no tenga a la estafa como su leit motiv.
Mientras los que se conforman con las "aulas 21", el "apoyo a la selección peruana de fútbol y al voley peruano", y a cualquier otro oferton en la telefonía les sea indiferente el tema o poyen a la empresa, nosotros, los que no tenemos miedo de hablar en voz alta y no nos conformamos con migajas, sigamos gritando con la ira nacida de justa causa: ¡ LARGO TELEFÓNICA!


Ricardo del Castillo y Larraondo.

Setiembre 5, 2012.

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