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lunes, 27 de agosto de 2012

La reincorporación de tacna al Perú

Cada 28 de agosto es costumbre celebrar en el Perú la reincorporación de Tacna al suelo patrio, y, como la fecha merece el recuerdo de varios eventos históricos, comencemos a recordar.
Una de las consecuencias fatales del pacto celebrado en Ancón en 1883 por los defensores de la "paz a cualquier precio" y los chilenos invasores fue que pasamos a limitar con Chile, pues hasta antes de la infausta guerra de conquista emprendida por Chile en 1879, limitábamos con Bolivia  siendo nuestras provincias sureñas los departamentos de Tacna y Tarapacá.
Como es costumbre en nuestros gobernantes, a la imprevisión de un acontecimiento bélico le siguió la cobardía, los intereses personales, el nulo amor por la Patria y el entreguismo total, concluyendo con la firma de un acuerdo que le ocasionó y sigue ocasionando un daño tremendo al país. Aunque no había necesidad de rendirse ni se nos había derrotado totalmente, la facción pierolista que detentaba el poder en manos del general Miguel Iglesias quiso oponer a los interese nacionales los propios y pactó el Tratado de Ancón, tratado aborrecido y aborrecible hasta la fecha. Se sabe muy bien que uno de los artículos de dicho pacto cedía al enemigo extranjero a perpetuidad el departamento de Tarapacá y  por diez años el departamento de Tacna, plazo que una vez cumplido daría paso a un plebiscito para decidir si continuaban en el Perú o pasaban a poder de  Chile. Primero ocupémonos de Tarapacá. Nadie en la facción gobernante de ese entonces pensó un instante siquiera en consultar a los tarapaqueños si estaban de acuerdo con semejante entreguismo de su suelo natal y hasta del cambio de su nacionalidad; se formó un comité patriótico tarapaqueño que intentó protestar ante semejante infamia de los gobernantes, pero todo fue inútil: cuando la claudicación y el espíritu cobarde y acomodaticio de nuestras clases dirigentes deciden algo, no importa el daño que estén causando al país con sus decisiones, solo importa su voluntad. Desde Lima los seguidores de Nicolás de Piérola, de tan ingrata recordación para el Perú, ya se encargaban (y no gratuitamente desde luego) de amortiguar el golpe y enojo que causaba el "obsequio" hecho a Chile en la población peruana. Desde la prensa tumefacta pagada por el gobierno, hasta el consejo "sabio" que se evacuaba desde las bocas de los vecinos "notables" de Lima, se deciá barbaridades como: "Enhora buena que se lleven Tarapacá, fuente de nuestras pasadas calamidades y fuente de nuestra corrupción....", todo esto apuntando a manipular el inconsciente colectivo nacional e irlo acostumbrando y aceptando la pérdida de este importantísimo territorio nacional. Esa labor que comenzó desde 1883 ha dado muy buenos frutos pues hoy en día casi nadie recuerda la legítima nacionalidad de Tarapacá y a los más el tema no les importa, pues así como es característica de los gobernantes del Perú ser  traidores, es característica de sus gobernados ser olvidadizos e indiferentes.
Tacna. Una de las características chilenas a lo largo de su historia es no cumplir  sus pactos. A los diez años de haberse firmado el Tratado de Ancón, es decir en 1893, el plebiscito no fue realizado entre otras cosas por no existir las condiciones necesarias en los territorios ocupados, las provincias de Tacna y Arica. Casi inmediatamente de finalizada la guerra en 1884 las autoridades del país del sur iniciaron una política a la que se ha dado el nombre de "chilenización", la que consistía en cometer todo género de atropellos y delitos en contra de las poblaciones peruanas habitantes de esos territorios, además de la propia Tarapacá. Muchos de nuestros compatriotas fueron vejados y maltratados: maestros y sacerdotes fueron perseguidos y muchos asesinados, los obreros no encontraban trabajo, se prohibió hacer cualquier demostración patriótica como el izamiento de la Bandera Peruana o cantar el Himno Nacional, se enseñaba historia chilena en las escuelas, se perseguía y asesinaba a las personas o autoridades que buscaban la organización del plebiscito así como avivar el patriotismo del pueblo, se trasladó gente de diferentes partes del territorio chileno hacia Tacna y Arica (y también hacia Tarapacá, no lo olvidemos) con el fin de "achilenar" las zonas robadas como única medida de  que la consulta popular al ser realizada  les fuera favorable, etc. Todo tipo de latrocinio, crimen y vergüenza humana fue realizado en toda esta etapa histórica conocida como la "chilenización", etapa prolongada hasta 1929. Como las autoridades políticas peruanas y también el pueblo, jamás supieron defender sus propios derechos por sí mismos, siempre han buscado a lo largo de su devenir histórico que estos fuesen defendidos por terceros, y así como en la época de la Confederación Perú-Boliviana en 1836 se pensó en el apoyo inglés para que Chile la respetara,  con el plebiscito se buscó la intermediación del gobierno norteamericano. En varias ocasiones plenipotenciarios estadounidenses comprobaron y denunciaron ante la comunidad internacional la inviabilidad del plebiscito debido a la renuencia chilena de llevarlo a cabo así como a la política miserable que hemos descrito anteriormente practicada sobre las regiones cautivas.
Recordemos que estando en el gobierno del Perú en 1895 el general Andrés A. Cáceres, de extraordinaria actuación en la guerra de rapiña que Chile nos declaró, y siendo por estas épocas el momento acordado para realizar el plebiscito, el nunca bien maldecido Nicolás de Piérola organizó una revolución que nos llevó a una guerra civil que lo encumbró a Palacio de Gobierno; demás está decir que esta revolución fue orquestada y preparada desde el propio Chile, pues Piérola la organizó y  luego zapó con sus aliados  hacia el Perú desde Valparaiso. Terminada la única esperanza de que el Perú hiciera valer sus derechos con la caída de Cáceres, se tuvo que esperar hasta el año de 1929 para obtener migajas territoriales que nos concedió Chile con la complicidad de nuestro políticos de siempre. El Perú era gobernado por el tirano y dictador Augusto B. Leguía, quien no solo hizo del abuso y la farra fiscal características de su gestión, sino que también celebró pactos contrarios a los intereses nacionales y como siempre, a espaldas de la Nación. Su última "gran" obra antes de caer derrocado en 1931 por el golpe de estado de Luis M. Sánchez Cerro fue precisamente el Tratado de Lima de 1929, que pretendía fantásticamente "poner fin" a los problemas pendientes con Chile. Por virtud de este mamotreto, el Perú cedió la provincia de Arica y la tercera parte de la provincia de Tacna a perpetuidad a Chile, reservándonos lo que quedaba de esta última para nosotros. Otros puntos señalaban el compromiso chileno de reservarnos  un terreno de propiedad del Estado Peruano en Arica, un muelle de atraque en el puerto, etc., es decir migajas que el que se sabe vencedor debido a la cobardía del oponente antes que a sus propios méritos, otorga, en el papel, pero que no piensa cumplir nunca en la realidad como en efecto ha sucedido. Tengamos presente que el vecino país del sur jamás ha cumplido un solo pacto que haya firmado. Nunca lo ha hecho y nunca lo hará. Ténganlo presente los amantes de comprar en Saga Falabella y en Ripley, por ejemplo.
En 1999 detentando el poder el delincuente (hoy preso con beneficios) Alberto Kenya Fujimori, se pretendió otra vez dar un supuesto fin a los "pendientes" del tratado del 29 con uno nuevo denominado otra vez como Tratado de Lima, en donde se daba por zanjados todos los problemas y por recibidos todos los beneficios a los que se había comprometido Chile, lo que no era cierto. Se daba por concluido todo debate territorial con Chile a pesar de su incumplimiento con el propio tratado del 29. Ante la protesta de patriotas tacneños que repudiaron ese total entreguismo y sumisión  a los intereses chilenos de nuestros gobernantes, la congresista oficialista Martha Hildebrandt se refirió a ellos como "llorones y enfermizos" a la vez que el delincuente Fujimori decía de sus declaraciones que la congresista "tenía estilo".Esta podre gobernante y gansteril es la que tanto daño le hizo y le hace al país, pues siempre está dispuesta a defender sus intereses, robarle al Estado y denostar a los verdaderos peruanos que alzan su voz de protesta ante su entreguismo y cobardía.
Con el nombre de "Paseo de la Bandera" se conoce generalmente el acto de reincorporación de la parte que quiso Chile dejarnos de la provincia de Tacna. Sin quitar mérito ni restar importancia a tal acto llevado a cabo todos los años, es preciso analizar el espíritu peruano en general sin inmiscuir el de los tacneños actuales que amen al país: los peruanos y peruanas desde que se inició la etapa llamada como la "República" en 1821 han gozado de particulares características que comparten casi la totalidad de ellos y ellas y una de estas es el sentimentalismo. En el caso de la reincorporación de Tacna tenemos un claro ejemplo de este rasgo en la personalidad de los habitantes de este país. En primer lugar el propio nombre de "reincorporación" es una falacia pues lo reincorporado fue solo una parte de la provincia tacneña y no su totalidad; se celebra con singular sentimentalismo la fecha en la que se nos contentó con migajas de nuestros legítimos territorios a la vez que tácitamente aceptamos el robo y cautiverio de la parte restante de Tacna, la provincia de Arica y el departamento de Tarapacá hasta la fecha. En verdad no hay nada que celebrar mientras parte de nuestro territorio permanezca en poder del país del sur, mientras el Perú no sepa hacer valer sus derechos por sí mismo y sin la mediación de terceros, mientras se acepte en el país la colonización mental y económica a la que nos somete Chile por la complicidad de nuestros gobernantes y la indiferencia de los gobernados, mientras se rehúse revisar la historia y exigir la devolución de lo robado, mientras se festeje fechas históricas que se quedan en el vacuo festejo sin querer entrar en el análisis de su significado y el por qué la mayoría de las veces tales fechas encierran dolorosas derrotas.
Por ahora que celebren los olvidadizos y los que se espantan con la verdad plasmada en letras de molde; nosotros celebraremos cuando a la par de los festejos se recuerde los territorios cautivos y se haga el voto santo de recuperarlos un día. Que Chile viva sobre las armas y permanentemente asustado de las acciones y memoria histórica de su vecino del norte: por lo menos por hoy que sea ese el castigo del ratero y ladrón que lejos de devolver lo robado se apresta a robar una vez más.


Ricardo del Castillo y Larraondo

Lima, agosto 27, 2012.

1 comentario:

  1. Al negociar el Tratado de ancon, el Presidente chilenos Santa Maria le hizo saber al negociador peruano que Tacna y Arica DEBIAN ser vendidos a Chile.Y lo vendiso no puede ser devuelto.Por eso Lavalle insistio en el plebiscito 10 años despues.Santa Maria con la arrogancia del vencedor penso que en 10 años las dos ciudades estarian 2chilenizdas" por completo. Y se equivoco en cuanto a Tacna especialmente.Si Lavalle hubiese cedido en los de la venta, Chile no habria devuelto Tacna jamas! Lavalle era un diplomatico de gran calidad y de un patriotismo a toda prueba, su hijo murio an la Batalla de Miraflores.

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